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Santiago Vidaurri
Controvertido personaje de la historia
política y militar de Nuevo León, Santiago Vidaurri nació en Lampazos el 25 de
julio de 1808. Sus padres fueron Pedro Vidaurri y Ma. Teodora Valdez.
Su carácter era recio, no admitía réplica a sus decisiones,
lo que durante su estancia en el Gobierno de Nuevo León le llevó a enfrentar por
igual a conservadores y liberales cuando cuestionaban sus arbitrios con el fin
de permanecer en el poder.
Vidaurri, paradójicamente, inició en la cárcel su carrera
pública, a los 24 años era prisionero por haber cercenado la mano de un soldado
durante una riña. En la cárcel llegó a ser escribano oficial, y más tarde,
desempeñaría este mismo oficio en la Secretaría de Gobierno del Estado.
Fue Oficial Mayor durante la primera gubernatura de Juan N.
De la Garza y Evia entre 1835 y 1837. Fue Secretario de Gobierno en tiempos de
Joaquín García -1837 a 1839- de Manuel Ma. de Llano -1844 a 1845- así como de
Jerónimo Cardona -1854 a 1855-. En 1840 Vidaurri fue nombrado Capitán y
Comandante de una compañía auxiliar del ejército encargada de contener las
ofensivas de los indios. En 1852 el Gobernador Agapito García designó a Vidaurri
Secretario por la Entidad, ante la junta que se celebró en Saltillo para
coordinar las fuerzas de Tamaulipas, Coahuila, Zacatecas y Nuevo León en un plan
de seguridad y defensa contra el ataque de las tribus de indios.
Durante la Revolución de Ayutla, sostuvo juntas secretas con
Antonio Rosales y otros liberales. En 1855 dejó la Secretaría de Gobierno y
marchó a Lampazos donde proclamó el Plan Restaurador de la Libertad; con esa
bandera se apoderó de Monterrey el 23 de mayo, y se autodeclaró Gobernador y
Comandante General del Estado, nombramiento que secundaron Ignacio Zaragoza,
José Silvestre Arramberri y Mariano Escobedo. De 1855 a 1864 ocupó la primera
magistratura de Nuevo León. En 1856, Vidaurri por su propia cuenta, declaró la
anexión del estado de Coahuila al estado de Nuevo León, lo que lo distanció del
Gobierno Federal, mismo que envió tropas para disuadirlo, luego de algunos
enfrentamientos se firmo un armisticio y finalmente el Congreso Constituyente
aprobó la unión de ambos estados, quedando plasmado en la Constitución de 1857.
Fue caudillo del Ejército del Norte en el periodo inicial de
la Guerra de Reforma, hasta que lo derrotó Miramón en Ahualulco. Vidaurri
regresó entonces a Monterrey para seguir gobernando la entidad, dejando el
Ejército del Norte al mando de Juan Zuazua, quien junto con Escobedo y Zaragoza
lo destituyó como Gobernador en 1859, sin embargo para abril de 1890 Vidaurri,
fue electo nuevamente Gobernador de Nuevo León, siendo reelecto en 1863. Un año
más tarde tuvo un fuerte conflicto con Benito Juárez al negarle auxilio a este
durante la Intervención Francesa, por lo que Juárez se refugió en Saltillo,
motivo por el que el Gobierno de la República desconoció a la administración de
Vidaurri; enfrentándose ambas tropas, Vidaurri quedó derrotado y huyo a
refugiarse a Texas. Cuando Monterrey fue ocupada por los franceses, Vidaurri
regresó y se sometió al imperio reconociendo a Maximiliano como Emperador de
México, quien lo designó Consejero y al poco tiempo fue nombrado Secretario de
Hacienda.
Al triunfo de la República, Vidaurri se escondió en la ciudad
de México, desde donde se rumuró planeaba en secreto la independencia de los
estados de Nuevo León, Coahuila y Chihuahua para formar lo que sería la
República de la Sierra Madre, hecho que nunca se confirmó.
Porfirio Diaz, quien
había derrotado al Imperio dio a quienes habían servido a este para entregarse y
ser juzgados, de otro modo serían pasados por las armas. Vidaurri no acató la
orden, fue aprehendido y fusilado por la espalda el 8 de julio de 1867. Sus
ultimas palabras fueron: “Deseo que mi sangre sea la última derramada y
que México sea feliz”.
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